Las inspecciones de trabajo en España tendrán próximamente un nuevo factor a tener en cuenta: la salud mental de los trabajadores. Esta novedad, que está dando mucho que hablar en el sector de la PRL, obligará a las empresas a establecer medidas preventivas en materia de salud laboral, concretamente en aquellos aspectos que, como el estrés, afecten al bienestar emocional de los empleados.
Es bastante probable que el año de teletrabajo consecuencia del COVID-19 haya precipitado la decisión. De hecho, como ya vimos en el artículo en que analizábamos los 12 meses de trabajo a distancia y sus afectos en materia de prevención de riesgos laborales, los dos grandes problemas del teletrabajo son la ergonomía y los riesgos psicosociales.
Según las palabras de la abogada laboralista Elvira Cano, recogidas por el periódico económico Cinco Días, “tanto la mismísima Constitución Española como la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea protegen el derecho a la integridad física y psíquica de los ciudadanos, motivo por el cual las empresas también deberán proteger a sus trabajadores frente a los riesgos psicosociales.
Como ante cualquier otro riesgo laboral, la empresa deberá garantizar la seguridad y salud de todos los trabajadores, adoptando cuantas medidas sean necesarias para la protección de su salud mental. En este contexto, es importante tener en cuenta que este tipo de riesgo es independiente al tipo de trabajo (puede darse en cualquier sector), motivo por el cual todas las compañías deberán prestar especial atención a sus trabajadores y proveerse (si aun no lo usan) de herramientas específicas, como software PRL, para llevar un estricto control de este tipo de riesgos laborales.
En términos generales, son muchas las personas que creen que esta nueva medida tiene como principal objetivo proteger al trabajador frente al estrés laboral, un problema de salud mental que antes del COVID-19 ya sufría 40% de trabajadores españoles y que puede desencadenar en consecuencias tanto físicas ( cansancio excesivo, trastornos gastrointestinales, respiratorios, endocrinos entre otros) como mentales (incapacidad para tomar decisiones, confusión, falta de concentración, déficit de atención ).
Pandemia + teletrabajo = aumento de estrés laboral
Cuando en marzo del 2020 muchas personas empezaron a teletrabajar –la mayoría por primera vez en su vida- la experiencia fue inicialmente positiva e, incluso, en muchos casos, hasta divertida. Trabajar en pijama y zapatillas (algo que no deberíamos hacer nunca) desde casa, disfrutando de un café a cualquier hora e incluso con nuestro gato ronroneando al lado, parecía un sueño cumplido. No obstante, pasaron las semanas y los días, empezaron los problemas de comunicación y la excesiva dedicación al trabajo, todo ello mientras tan siquiera se podía salir a la calle unos minutos a desconectar.
Muchos trabajadores empezaron a darse cuenta que el teletrabajo no es siempre sinónimo de una mejor conciliación laboral y familiar. Tenían exceso de trabajo, poco control sobre su propio horario y dificultad para desconectar, lo que dio paso al conocido como tecnoestrés.
Tampoco todas las empresas supieron ayudar a sus empleados en este gran cambio. El teletrabajo era una gran novedad en todos los ámbitos, lógicamente también en materia de prevención de riesgos laborales.
El bienestar emocional de muchas personas se vio claramente afectado por la forzada aparición del teletrabajo. Así, según datos del estudio COVID-19 Global Impact, el 74% de los empleados españoles afirmaron en 2020 vivir siempre conectados al trabajo, algo que inevitablemente afecta a su salud mental.